lunes, 28 de mayo de 2018




EL AYER DE FRESNO DE LA VEGA


Por Bonifacio Fernández Arteaga.  
Parte 6



¿Cómo andaba la educación
Por esas viejas calendas?
Era entonces D Ramón
Quien llevaba las riendas
Del elemento masculino.
Perdón pido al femenino
Que ignoraba en mi camino,
Pues no entraba yo en sus tiendas.

Había muchos galopines
En sus estrechos asientos
Y con muchos movimientos.
Pizarras y pizarrines
Eran nuestros elementos.

Con escasos materiales
Y muchísimos chavales,
De los maestros la labor
Era digna de loor.

Lo mejor era el recreo.
Y si el tiempo se ponía feo
Y llovía y había barro
Pues en unos tendejones
Jugábamos con cartones
A escondite y hasta el marro.
Y en aquel tiempo de bula
A la una anda la mula.

Al entrar, frente a la facha
Recientemente encalada,
Con avidez, sin excusa,
Dábamos a la tarusa.

Era operación primera
Tirar el tejo suavemente
Para acercarlo a la madera,
Y el segundo, ya impaciente,
Con tirada muy certera
Para que en  vuelo ascendente
De su lugar se saliera
La tarusa volandera.
¿Y que venía después?
Pues se formaba un corrillo
Se adelantaba un chiquillo
Y medía con los pies
El espacio entre el botín
Y el tejo que más cerca hubiera,
Y se medía, por fin,
El espacio hasta la madera.
Si este espacio rebasaba
Al que se midió primero,
Con el botín se quedaba
El tirador ganadero.

Yo me hacía con botines
Unos tejos muy famosos
Que me parecían preciosos
Como los tejos de Felines.

Era un juego divertido
Que a la historia no ha sucumbido
Pues en Fresno, en el año en curso
Se ha celebrado un concurso.

¿En qué más se  entretenía
El imberbe colegial?
Como en invierno llovía
Y hacía un tiempo muy glacial,
En el hielo a resbalar
y al contemplar pinganillos
que después  al deshelar
caían sobre los chiquillos
por la calle al caminar.
A rascarse los sabañones
Y a fumar del tabaco
Que algún decidido caco
Robaba de cuarterones.
Pero esto en Los Mujerones
Para ocultar el atraco.
A apedrear a los perros
A robar fruta a los huertos
Ir a uvas a los carros
Ya de noche y con expertos.

Esto a Fermín me recuerda.
Con él fui yo alguna vez.
Uvas pintas a la mierda,
Tenía imán para el jerez.
Yo no veía los jereces
Aunque fueran como nueces.

Cuando se echaba a pacer
A Pradala o a las eras,
Nos daba mucho placer
La sombra de las paleras.
Aquel toro semental
Que le llamaban Resiste
Nos parecía colosal.
“Fíjate que bien embiste”
“La monta no la hace mal”.

A la hierba salía un burro
Que con donjuanescos fines,
Aunque parecía cazurro,
“atacaba” a las afines.
El burro del tío “Chapines”
A todas muy complaciente,
Las marcaba con un diente.
Los que asistían a la verbena
Le ayudaban en la faena.

Continuará.














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