martes, 25 de octubre de 2011

PRESUPUESTO 2011 DE FRESNO DE LA VEGA

Datos de acceso público en la web del Ministerio de Administraciones Públicas.  Se pueden consultar los presupuestos anuales de cualaquier municipio de España desde 1985, comentados y con gráficos.




Por el análisis de los datos se deduce que nuestro pueblo está en el percentil cincuenta, o sea que se sitúa en la media española con mínimas desviaciones.


martes, 11 de octubre de 2011

CRONICA DE UNA FERIA PASADA: FERIA DEL PIMIENTO MORRON DE FRESNO DE LA VEGA 2011


  
Así,  este título tan pomposo,  adulteración del de una gran novela,  servirá para hacer un recorrido por la feria de este año que ya es un recuerdo.  


Hay, en primer lugar,  que  reconocer la labor de tantos que voluntariamente trabajan durante días para hacer posible que el  espíritu de la fiesta no decaiga.  Es el caso de Fraxino,  animosos  que ya antes del comienzo de la feria empiezan, entre otras cosas,  a salir por las noches a recoger los pimientos que los hortelanos aportan generosamente para la gran pimentada con la que se invita a los visitantes el domingo, día principal de la feria,  y por lo que se puede leer en la prensa de León y Asturias en días posteriores es una de la cosas más apetecidas y recordadas.  Con la compañía  de los músicos que amenizan  el camino, de los jóvenes de diversas peñas y con un remolque recorren las calles del pueblo en busca de esos pimientos que otros voluntarios, en el local de la plaza,  se afanan en lavar, sanear, cortar, escurrir, hacer la fogata, llenar las enormes sartenes y dar vueltas y vueltas hasta que estén  listos para servir:   más de 5.000 raciones dice el Diario de León que repartieron, para las que necesitaron unos 2.000 kg.





Todo esto coincide en la plaza, el viernes por la noche,  con la coronación de la reina de las fiestas y sus damas: Lucia, Alba y Henar.  Jóvenes, guapas, listas y luciendo galas.  Entre el público asistente,  como siempre,  padres, madres y abuelos presumiendo y orgullosos  de compartir con ellas y ellos (acompañantes) su noche especial.  Luego  verbena con discoteca móvil y a bailar y divertirse hasta las tantas,  tantas…tantas que se les hace de día en sus peñas.  Aunque guste más la orquesta, se vio mucha animación tanto de jóvenes como de maduros.  También hay que decir que en contra de la tradición hace unos cuantos años que los bailes en Fresno ya no son de mirar.  Se baila mucho.  Parece que las generaciones jóvenes van perdiendo el sentido del ridículo,  se animan y animan a los demás.  Aquello de que en Fresno la orquesta toca y la gente mira pasó a la historia.









El sábado ya es feria total: bien temprano, desde las ocho de la mañana empiezan a instalarse los puestos.  Los de pimientos en el camino vecinal desde las escuelas hasta el camino de las bodegas, excepto algunos almacenes de casas particulares.  Del orden de cuarenta y con expectativas de despachar unas 300 Tm con Indicación Geográfica Preferente.  Por otra parte   y desde los lavaderos de arriba y desde la plaza hasta las escuelas incluidas las calles adyacentes todo lleno de tenderetes de lo más variado: bacalao, quesos, chacina, dulces, ropa, ferretería y lo que se pueda imaginar.  El pueblo entero se transforma en un hervidero de excursionistas  que llevan hasta los coches como buenamente pueden,  en medio de la bullanga, las cajas de pimientos.  Y  lo recorren,  mejor dicho recorremos,  todo en busca de oportunidades o  en busca de los amigos que hace un año que no vemos y entre tanto pasa la banda municipal de Valencia…Todo es bullicio y animación.
Al mediodía, el alcalde y los concejales reciben a las personalidades invitadas: alcaldes y concejales de pueblos vecinos como Cabreros,  Valencia y otros. 
Es el momento de dar el pregón, este año a cargo del Sr. Subdelegado del gobierno en León D. Francisco Alvarez que fue el pregonero y nos regaló una bellisima y emotiva proclama llena de referencias entrañables a la vida, las celebraciones y las luchas de los pueblos pequeños como el nuestro y como el suyo donde pasó sus veranos de niño. Además de un sincero reconocimiento a los logros en el cultivo, transformación y comercialización que, en Fresno se hace del pimiento morrón, en particular lo que significa de reconocimiento oficial de calidad la IGP .  Como no es buen papel hacer de intérprete mejor es reflejarlo entero para que lo lean quienes no tuvieron oportunidad de oírlo.
Alcalde, amigos y amigas de Fresno de la Vega;
En primer lugar, quiero expresar mi satisfacción por poder acudir un año más, creo que desde que fui nombrado subdelegado del Gobierno en mayo del 2004 no he faltado un solo año a esta cita, a la XXVIII Edición de la Feria del Pimiento Morrón de Fresno de la Vega que desde 1984 organiza el Excelentísimo Ayuntamiento, en la que colabora la Asociación Cultural El Fraxino y todo el pueblo de Fresno de la Vega. Y también transmitiros el honor que representa para mí pregonar esta festividad, que además supone un homenaje al ritual del trato y trueque de productos de la huerta leonesa, así como vinos y dulces de elaboración artesanal, y todo ello en honor a San Pimiento Morrón.
Encuentro que también pone a prueba el carácter hospitalario y afable de los habitantes de Fresno de la Vega, hombres de bien y de iniciativas productivas que habéis sabido dar renombre a las vegas que bañan el río Esla, y que riega viñas y tierras para recompensarnos con buenos caldos y mejores manjares.
Este año además, los productores de ese oro rojo, el pimiento de cuatro morros, estrenáis campaña con una novedad muy importante para vuestra proyección comercial: el pimiento morrón saldrá al mercado con IGP, Indicación Geográfica Protegida, del «Pimiento Morrón de Fresno de la Vega», una etiqueta que da garantía oficial de la procedencia y calidad del pimiento morrón de Fresno de la Vega y que reconoce, de alguna manera, la experiencia y el cuidado que las diferentes generaciones de agricultores han demostrado en el cultivo tradicional del morrón.
Aunque a decir verdad, el pimiento de Fresno de la Vega, exuberante en color y tamaño, acogedor en sabor, tanto por la carnosidad que presenta como por ese gusto a fruta fresca que aporta a nuestro paladar, no ha necesitado de demasiadas cartas de presentación para hacerse un destacado hueco en los mercados nacionales y en las cestas de los consumidores españoles, que han sabido apreciar perfectamente todas estas cualidades a la hora de consumirlo y de saborearlo.
Colores, sabores y olores que se proyectan en mi memoria recordando la recogida del pimiento colorado, y que en mi caso, oriundo de la vega del Órbigo, se iniciaba en el huerto familiar  y se ampliaba con la consagrada excursión familiar a los mercados de la zona para abastecerse de varios cientos más de pimientos, lo que de una u otra forma nos garantizaba el complemento idóneo para las sopas de ajo del otoño.
Eran tardes de septiembre, cuando la escuela ya había retomado su pulso, que siempre anunciaban el final del verano y, dependiendo de los presagios del calendario zaragozano, daban la bienvenida a la época otoñal.
Imágenes y secuencias que hoy regresan a mi mente y dirigen el objetivo de mi vista a la cocina de curar, donde enfoco a un grupo hombres y mujeres afanándose en los preparativos de la pimentada anual que cada año se organizaba a nivel doméstico, y que suponía un ir y venir de hombres encendiendo lumbres, donde se asaban grandes fuentes de pimientos que, tras el tiempo prudencial de temple, pelaban, embotaban, y hervían al “baño maría” el grupo de mujeres para, finalmente, almacenar ordenadamente junto al resto de las conservas caseras en la alacena.
Y aunque los tiempos han cambiado y todo se ha modernizado, los modos de producción, de manufacturación, de comercialización, me consta que este ritual, el de la recogida y posterior preparación del pimiento, no ha cambiado, ni tampoco sus colores, el descarado rojo que viste, sus olores, ni sus sabores, esa suculenta carnosidad que caracteriza al pimiento morrón, y eso a pesar, en mi caso, de consumirlos preferentemente en ensalada, escaldados con un chorrito de aceite y vinagre y un puntito de sal.
Y también ha sido el tiempo el que se ha encargado de prestigiar el trabajo de los hombres del campo que se han forjado en estas tierras, la conocida huerta roja de León, cultivando y cosechando esos frutos, pimientos y otras hortalizas, que tantos placeres ofrecen a nuestros paladares.
Pasado, que algunos historiadores sitúan en la época prerromana y cuya evolución, sin duda, siempre ha estado marcada por los beneficios producidos por sus fértiles vegas; presente que se extiende a través de ese medio centenar de hectáreas dedicadas al cultivo del morrón y que proyecta un futuro prometedor para las generaciones de hortelanos que han apostado por un producto de calidad, el pimiento, que ya cotiza al alza en los mercados de abastos y también en nuestra rica gastronomía provincial.
Aunque esta es una fiesta muy particular, en realidad una feria en honor a su patrono el Pimiento Morrón, debo confesar que las fiestas de los pueblos, ya sean patronales, chicas o grandes, de verano o de primavera, siempre me transportan a la infancia, como de hecho os he confesado al principio, y al significado tan especial que hace años, cuando yo era niño, tenían todos estos festejos de carácter anual.
Eran días muy esperados, porque servían para estrenar traje y zapatos, para degustar los manjares más ricos y para romper la rutina diaria, en este caso para ensalzar un fruto de la tierra, el pimiento.
Las fiestas actuales, sin duda, han perdido este valor y se han convertido en la mejor excusa para reforzar lazos familiares y sentimentales, o  comerciales, como hacen los vecinos de Fresno de la Vega en este encuentro ferial que supone el mejor escaparate para mostrar a los visitantes, que por cierto cada año abarrotan más y más las calles de este tranquilo pueblo, las bondades y virtudes del pimiento morrón.
Hoy, día de Feria y de Fiesta, puede ser también un motivo de reflexión para seguir consolidando un futuro tan próspero como el que hace muchos años ya ofreció la agricultura, que junto a la minería se erigió en uno de los principales sectores productivos de la provincia.  Y estoy seguro que los habitantes de Fresno de la Vega sabrán aprovechar y tendrán en cuenta todos los elementos para encauzar iniciativas que hagan posible un mayor crecimiento socio-económico de la zona.
Pero sin duda, hoy es un día de alegría y de jolgorio y, bajo los auspicios de prosperidad, os deseo que disfrutéis de estas fiestas en honor al pimiento morrón.
Gracias y Feliz y provechosa Feria




Un poco más tarde, presentación de los pimientos y las hortalizas  que,  como cada año desde la primera feria, concursan por los premios a:
-          Pimiento morrón de más peso.
-          Mejor media docena.
-          Mejor puesto de pimientos.
-          Mejor stand feria multisectorial.
-          Hortaliza de más peso.

Sin ánimo de polemizar ni mucho menos de enmendarle la plana a nadie, pero hay que reconocer que premiar a la hortaliza de más peso no permite competir en igualdad de condiciones.  Porque supongamos que alguien consigue una zanahoria de 1kg o un pimiento de Padrón de 1/2kg o un haba verde de 200g o una patata de 1,5kg: todos ellos serían fenómenos en su especie.  Pero si tienen que competir con una calabaza de 12k que en algunas razas de esta planta  sería una bírria,  ganaría  la calabaza.  Vamos que comparar puerros con calabazas es como la comparación de la edad que hacían el elefante y la hormiga que se encontraron en un camino y la hormiga,  que era una cotilla, enseguida fué y preguntó: -oye elefante ¿Cuantos años tienes?. Cuatro, dijo el elefante, ¿Y tu?.  Y la hormiga, así disimulando y entre dientes: - cuatro tambien,  pero yo de pequeña estuve muy malina.











Mientras,  mañana y tarde la gente de Fraxino sigue trabajando en la pimentada, en las sopas de ajo y en la queimada que  nos darán por la noche.







  Transcurren  la mañana y la tarde entre recorrido de puestos, con pasacalles y charangas animandoel ambiente.  Raciones de pulpo, empanada o tortilla o cena en familia. Hasta las once de la noche cuando empieza la gran verbena, con dos orquestas y sin descanso. Hasta la madrugada.  En este caso  hay que hablar de lleno total, hasta la bandera que diría el otro, no cabía un alma más en la plaza ni en las calles del entorno.


Y si de lleno total hablamos de la verbena,  más, si cabe, se puede decir del domingo.  Quienes creíamos que la gente se estaba repartiendo entre el sábado y el domingo para acercarse.  Particularmente porque el sábado vimos mucha afluencia, más que nunca en años anteriores, pensábamos que el domingo sería más flojo,  pero   nos estábamos equivocando de medio a medio,  el domingo fue excepcional.   Muchos autobuses de León y de Asturias, muchísimos coches, el camino de Cabañas, el de Cabreros y las entradas de León y de Valencia colapsados.  Los puestos de comida llenos hasta arriba y mucho género vendido.  Ese era uno de los temores en los días previos: el año no era bueno,  muchos pimentales echados a perder.  Pero al final todos los miedos disipados,  salió genero suficiente para la feria y se vendió mucho.  Los precios como el año pasado: aprox. 15€ la caja de dos docenas primera.  Pero también se vendieron muchos bercianos, guindillas, loras, cebolla, coliflores y hasta legumbres.  El tiempo acompañó,  hizo muy bueno.
Pero la feria tiene otros fijos que no son pimientos y que se han convertido en habituales, que la complementan y dan diversidad y que constantes añPo tras año ya son una cita obligada.
El estand multisectirial:
Productos Morán



Exposición de tallas de Felipe





El Mercadillo de Gloria: moda último grito a precio de eco lejano






Calabazas Dinora, marca registrada.


 



Lo nuevo: patatas violeta presentadas por Javier Fernández de Paz.
Dicen que el puré de estas patatas sabe a natillas, por lo menos eso es lo que viene en el prospecto

la tradición:
 Miro con el carro engalanado.  Hay que hacer notar que el carro no solo se adorna, poco a poco lo van restaurando y prácticamente ha vuelto a su ser original.  Este año recuperó el freno que estaba incompleto.  A estas alturas, pasado ya san Froilán habrá desfilado en León donde el año pasado ganó uno de los premios

La nota de humor:
también de Javier Fernández de Paz.  No es la primera vez y esperamos que no sea la última.


Acción

Lo más extraordinario
El último trabajo de Félix:  maqueta del molino con todos sus ingenios y mecanismos a escala 1:10.  Francamente espléndido. En la presentación le acompañaron los hermanos Calleja, emocionados y  muy reconocidos con la calidad del trabajo, eso comentaban con quienes nos acercamos por allí.  Félix, por su parte,  empieza a ser noticia fuera del pueblo,  los periódicos se interesan y no es raro encontrar reseñas en la prensa relativas a sus trabajos.  Ahora está empeñado en reproducir la iglesia de allá arriba, la de san Andrés.  Todo un desafío,  es un trabajo muy difícil puesto que no tiene modelo y tendrá que fiarse de la memoria de los más mayores,  no hay duda de que lo conseguirá.  Para más adelante la estación. Quien sabe, igual  poco a poco acaba realizando una gran maqueta del pueblo.   Y no se acaban aquí sus planes,  está moviendo hilos para organizar una celebración especial del tercer centenario del nombramiento de villa a Fresno de la Vega en 2013.  Ideas no le faltan y  por ahora busca voluntarios para ambientar los posibles actos,  gente que se quiera disfrazar de campesinos tradicionales.  Quienes tengan interés en colaborar pueden ir haciéndoselo saber.



Hasta el año que viene.