domingo, 6 de abril de 2014

CUANDO EL RIO RUGE...



Cuando el río ruge...no es un refrán, no es el refrán ese de "cuando el río suena... agua lleva" que se refiere al sentido posible de los rumores.  El título de la entrada, es el de una antigua película en la que los habitantes de un valle, poblado de granjeros  labradores, se ven obligados a enfrentarse a la furia de un caudaloso río, durante una semana de intensas lluvias, para poder defenderse de los graves daños que podría ocasionar el empuje brutal y descontrolado de las aguas desbordadas de su cauce, no solo arruinando las cosechas (en este caso de maíz y algodón) si no de los gravísimos destrozos que hace el agua cuando arrasa los pueblos y los terrenos.  Y lo hacían por un sistema que, en Fresno, nos resultaría familiar: todos arrimando el hombro para construir  diques (puertos se llamaba en nuestro pueblo) a base de apilar sacos terreros.  Un trabajo muy duro y en las peores condiciones que se puedan imaginar: lloviendo a todo llover, con la urgencia de la amenaza de desbordamiento y con el temor a las roturas que podían acabar en un segundo con todo lo que se había conseguido a base de durísimo esfuerzo e inundarlo todo.
En la película lo hicieron exactamente igual que se hizo en Fresno hace, seguramente, más de cincuenta años.  Aquella vez se desbordaron al mismo tiempo el río Esla y el arroyo de Valdearcos, que entonces pasaba por debajo de el puente grande.  Durante muchos años siguieron los restos de los puertos al lado de las escuelas y junto al río en la zona de El Plantío. La erosión y las obras de las concentraciones parcelarias acabaron con ellos, no el agua.
Isidora Nicolás lo recordaba hace unos años, en un artículo publicado en la revista de un curso que hicieron un grupo de jubilados de la comarca.  Y relataba el episodio, no con el espanto del riesgo que aquello había supuesto, sino con el dulce recuerdo de la unión de todo un pueblo para plantar cara a una gran amenaza y la satisfacción de haberlo conseguido entre todos.
Afortunadamente y gracias a la ingeniería, hoy el río está encauzado y ese riesgo, antaño tan frecuente, parece lejano. Pero en ocasiones, como la semana pasada,  crece, ruge como entonces y hace sentir su poderío.  Por suerte,  hoy nos acercamos a él, con respeto si, pero sobretodo para admirar el fenómeno.   Y sacando ese reportero que todos llevamos dentro y con la facilidad que dan los teléfonos móviles y las redes sociales, muchos sacan  fotos y las comparten: 






Pero pasan más cosas en Fresno, algunas de las que publicaron los medios, aquí están.  No son noticias frescas pero sí bien conservadas. 

En el periódico:







En La Red:



Boletín:









Ya lo dice el refrán: "El que tiene boca se equivoca, y el que no..." Adivina, adivinanza.  Pocos lo sabemos entero.
Y es que esto de los refranes es más importante de lo que parece, vean si no,  las conclusiones de un estudio efectuado por  las eminencias de la universidad de Brown en los EE UU:



No duermo de pensar lo que pueda estar pasándome en la corteza prefrontal, si es que tengo de eso.  Bueno, miedos fuera y aquí están los que mandáis a losamigosdefresno@gmail.com


- En invierno y en verano, la pelliza a mano.
- Cada altar tiene su cruz.
- Obras son amores y no buenas razones.
- El que da, bien vende, si quien recibe lo entiende.
- Caldo que mucho hierve, sustancia pierde.
- Cojo con miedo, corre ligero.
- Entre sastres no se pagan hechuras.
- El que a tiempo descansa, rinde mucho y no se cansa.
- Manos que bien trabajan, no son manos son alhajas.
- Hombre refranero, cabal y certero.
- Ver y no tocar, se llama respetar.
- Caballo que vuela, no necesita espuela.
- El que nace barrigón, ni aunque le fajen queda liso. ¿?
- El que tiene vergüenza, ni come ni almuerza.
- Ninguna mujer es fea por donde mea.
- Los fallos del médico, la tierra los tapa.

Vaya, esto va viento en popa, cada vez llegan más.  ¿En Fresno, tendremos más  grande la corteza prefrontal?.